Una hormona del embarazo contra la timidez




La oxitocina es un neuropéptido que actúa como neurotransmisor. Facilita las interacciones positivas, mejora la cooperación, el altruismo y la confianza en uno mismo. La sospecha de que la hormona juega un papel fundamentalmente en la neurobiología del apego es algo que se ha constatado ya en animales. La falta de apego es una característica propia del autismo, de ahí que se hayan llevado a cabo trabajos para comprobar los efectos hormonales y se hayan constatado con imágenes cerebrales sus efectos positivos.
La hipótesis es que altera la forma en la que las señales sociales en el entorno externo son procesadas, codificadas e interpretadas.
Los científicos llevaron a cabo una investigación con 100 hombres y mujeres sanos de entre 18 y 35 años, que no tenían antecedentes de enfermedad psiquiátrica, ni patologías físicas ni tomaban medicación. Tampoco podían tener historial de consumo de drogas, tabaquismo o embarazos. Finalmente, los participantes fueron asignados a recibir bien 24 unidades del spray de oxitocina (que ellos mismos se administraron) o bien un placebo. A los 50 minutos, se sometieron a una serie de cuestionarios capaces de evaluar los estados de ánimo (extroversión, apertura a nuevas experiencias, amabilidad, diligencia, entre otras) y conversaciones con otros participantes.
Comprobaron, además, dicho estado de ánimo 10 minutos antes de la administración del fármaco o del placebo y en varias



ocasiones (65, 80 y 90 minutos) después de su ingesta.
Los datos revelan que los "participantes que se autoadministraron la oxitocina intranasal tuvieron niveles más elevados de extroversión y de apertura a nuevas experiencias que los que recibieron un placebo.
La oxitocina facilita el comportamiento social, cambiando la forma en la que uno se percibe a sí mismo.
Un aspecto positivo del tratamiento es que "no se produjeron efectos secundarios, salvo un poco de irritación nasal en un pequeño porcentaje de personas. Sin embargo, aún no sabemos si hay efectos negativos asociados a su uso crónico".
Es poco probable que llegue a convertirse en un tratamiento único, puede servir como terapia complementaria a los fármacos y a la psicoterapia.

El doctor Ellenbogen y su equipo están interesados en el estudio de la hormona en los trastornos psiquiátricos que se caracterizan por problemas de comportamiento social, como la depresión o la fobia social. Aunque es poco probable que llegue a convertirse en un tratamiento único, puede servir como terapia complementaria a los fármacos y a la psicoterapia. Aunque esto es hablar de futuro, porque se necesita mucha más investigación.






Los seres humanos somos una especie sociable, en la que es vital la comunicación. Por ello, creemos que es una gran ayuda que exista una solución a los trastornos psicológicos graves que afecten a las relaciones. Si se pudiera comercializar para las personas simplemente tímidas, suponemos que la mayoría o casi todas ellas estarían realmente agradecidas. Pero eso plantea que ¿ya no existirían las personas tímidas? En las interacciones humanas, todos seríamos iguales. Tal vez sea mejor la variedad.




Laura Gascón, Isabel Martínez y Laura Jové