LAS DOCE PLAGAS
DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Es innegable el hecho de que el hombre está
causando un tremendos cambios en la ecología del planeta, que conllevan
dramáticas consecuencias, como el aumento del nivel del mar, la desaparición de
muchas especies, pero uno de los problemas que conlleva el cambio climático es
el aumento de plagas y enfermedades. Aunque muchas ya estaban anteriormente, el
cambio climático agrava sus consecuencias, o las expande por zonas a las que
anteriormente no llegaban. Recientemente se ha publicado una lista de doce
plagas, consecuencia en gran parte del cambio climático, que están suponiendo y
supondrán un gran problema para el hombre y el planeta, ya que casi todas las
plagas de las que vamos a hablar traen consigo enfermedades.
Bautizadas con el nombre de "la docena
mortífera", se prevé el aumento de 12 enfermedades infecciosas debido al
cambio climático. Algunas, como la tuberculosis, nunca han dejado de estar
presentes y otras, que parecen pertenecer al pasado, como la peste o el cólera,
pueden resurgir. La comunidad científica apunta como últimos culpables a los
cambios migratorios de las aves y a la proliferación de insectos y arácnidos.
Una docena de enfermedades infecciosas se
agravarán y propagarán con más facilidad como consecuencia del cambio
climático.
Así reza el documento, publicado en el Congreso
Mundial de la Conservación de la Naturaleza celebrado en Barcelona (2008), que
muestra cómo el calentamiento global influirá en el desarrollo de estas
patologías y las consecuencias que estas enfermedades provocarán en la salud y
la economía mundial.
Se estima que el incremento de la temperatura
del planeta no sólo causará el derretimiento de los glaciares y el consiguiente
aumento del nivel del mar, sino que además se verá modificado el régimen de
precipitaciones y, por tanto, de las corrientes fluviales. Este cambio en el
ciclo del agua provocará una variación en los ecosistemas que a su vez
condicionará una diferente distribución de los agentes patógenos causantes de
las 12 enfermedades.
Influenza aviar: se origina en aves
salvajes y se propaga vía heces y secreciones de animales infectados.
Babesiosis: enfermedad
parasitaria similar a la malaria, que suele afectar a los animales domésticos,
en especial a los perros y se propaga por un vector.
Cólera: enfermedad
diarreica causada por una bacteria en agua contaminada que provoca una
infección intestinal y afecta principalmente al mundo en desarrollo.
Ébola: una de las enfermedades infecciosas
más letales que se conocen causada por un virus que provoca fiebre hemorrágica
altamente contagiosa y mortal y afecta a primates y otros mamíferos, incluido
el humano.
Parásitos intestinales y externos: se propagan en
ambientes terrestres y acuáticos y su supervivencia aumenta con el incremento
de la temperatura
Enfermedad de Lyme o Borreliosis: infección causada
por una bacteria transmitida por la garrapata, de muy difícil diagnóstico
porque sus síntomas pueden confundirse con muchas otras enfermedades, como
fibromalgia, esclerosis múltiple, lupus, etc.
Peste bubónica o peste negra: causada por la
bacteria Yersinia pestis, una de las enfermedades infecciosas más antiguas que
todavía puede causar muchas muertes en animales y humanos. Se propaga con los
roedores y sus pulgas.
Marea roja: una excesiva
proliferación de algas dañinas en las costas que crean toxinas que pueden ser
letales tanto para animales como humanos.
Fiebre de Rift Valley (RVF en sus siglas
en inglés): zoonosis viral que afecta principalmente al ganado doméstico de
gran importancia para la seguridad alimenticia, particularmente en África y
Medio Oriente.
Enfermedad del sueño o tripanosomiasis: causa por un
parásito que afecta a personas y animales y propagada por la mosca tsetse.
Tuberculosis y
tuberculosis bovina: ahora distribuida en todo el mundo, la forma animal puede
contagiar al humano por el consumo de leche sin pasteurizar, y la forma humana
puede afectar a animales.
Fiebre amarilla: afecta las
regiones tropicales de África y partes de América central y del sur. Causada
por un virus propagado por mosquitos y se extenderá a nuevas regiones con el
incremento de temperaturas.
Noticias
sobre el tema:
El cambio climático potencia una
plaga
En
una investigación local, vinculada con una mayor en Estados Unidos, se detectó
que
las llamadas hormigas negras (una especie autóctona que ha sido
"exportada" y que es considerada plaga en donde habite) modifican su
forma de vida si la temperatura ambiente aumenta.
Dichos insectos, a una temperatura de cuatro grados más que el promedio, incrementan en un 33% su velocidad de desplazamiento. Ese mismo incremento se detectó en la capacidad de alimentación, porque comen un 27% más y en forma más rápida. También cambian sus preferencias alimenticias a forrajes con mayor contenido de humedad y más blandos.
"Si se mueven más rápido y comen más, es obvio que se extenderán y, si ya son plaga, en unos años serán aún más dañinas", dijo el doctor en Biología Rodrigo Tizón, docente de la Universidad Nacional del Sur e investigador del Cerzos−Conicet.
Los experimentos se realizan en terrarios dispuestos en dependencias de la UNS.
"Estamos analizando el efecto que tendría el calentamiento global en la biología de ciertas hormigas. Llevamos un año estudiando su comportamiento y hemos detectado cambios importantes, que afectarán donde haya colonias", dijo el investigador, que obtuvo una beca posdoctoral del Conicet para llevar a cabo su trabajo.
"Las diferencias entre tratamiento sin y con aumento de la temperatura ambiente fueron sensibles. Tanto en la velocidad con que se mueven, como en la cantidad y preferencia del forrajeo. Fue en un experimento donde se colocaron grupos de hormigas con un diferencial de 4ºC (20−24), manteniendo en condiciones controladas la humedad, luz, viento y alimentación.
"Hay indicios de que las plagas como el mosquito transmisor del dengue y la hormiga negra podrían verse favorecidos por el aumento de la temperatura, adquiriendo la capacidad de invadir nuevas áreas o elevar sus densidades poblacionales a niveles que comiencen a afectar gravemente a la salud humana o emprendimientos productivos", destacó.
Los resultados de este trabajo sugieren que pequeñas variaciones de la temperatura ambiente afectan sensiblemente ciertos comportamientos de las hormigas cortadoras de hojas.
Agregó que, de concretarse los pronósticos de calentamiento global, la y hasta los jardines hogareños.
"Por esto, la información básica, como los requerimientos biológicos y ecológicos de estas especies, son muy importantes para estar alerta y generar planes de manejo de plagas cuando éstas se presenten", dijo.
Dichos insectos, a una temperatura de cuatro grados más que el promedio, incrementan en un 33% su velocidad de desplazamiento. Ese mismo incremento se detectó en la capacidad de alimentación, porque comen un 27% más y en forma más rápida. También cambian sus preferencias alimenticias a forrajes con mayor contenido de humedad y más blandos.
"Si se mueven más rápido y comen más, es obvio que se extenderán y, si ya son plaga, en unos años serán aún más dañinas", dijo el doctor en Biología Rodrigo Tizón, docente de la Universidad Nacional del Sur e investigador del Cerzos−Conicet.
Los experimentos se realizan en terrarios dispuestos en dependencias de la UNS.
"Estamos analizando el efecto que tendría el calentamiento global en la biología de ciertas hormigas. Llevamos un año estudiando su comportamiento y hemos detectado cambios importantes, que afectarán donde haya colonias", dijo el investigador, que obtuvo una beca posdoctoral del Conicet para llevar a cabo su trabajo.
"Las diferencias entre tratamiento sin y con aumento de la temperatura ambiente fueron sensibles. Tanto en la velocidad con que se mueven, como en la cantidad y preferencia del forrajeo. Fue en un experimento donde se colocaron grupos de hormigas con un diferencial de 4ºC (20−24), manteniendo en condiciones controladas la humedad, luz, viento y alimentación.
"Hay indicios de que las plagas como el mosquito transmisor del dengue y la hormiga negra podrían verse favorecidos por el aumento de la temperatura, adquiriendo la capacidad de invadir nuevas áreas o elevar sus densidades poblacionales a niveles que comiencen a afectar gravemente a la salud humana o emprendimientos productivos", destacó.
Los resultados de este trabajo sugieren que pequeñas variaciones de la temperatura ambiente afectan sensiblemente ciertos comportamientos de las hormigas cortadoras de hojas.
Agregó que, de concretarse los pronósticos de calentamiento global, la y hasta los jardines hogareños.
"Por esto, la información básica, como los requerimientos biológicos y ecológicos de estas especies, son muy importantes para estar alerta y generar planes de manejo de plagas cuando éstas se presenten", dijo.
Miguel Solé
Sergio López
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