Diversas investigaciones demuestran que la incertidumbre sobre no saber lo que nos depara el futuro nos provoca inseguridad, estrés, ansiedad e incluso temor. Como consecuencia, exageramos los problemas, nos pueden aparecer enfermedades, podemos tener dificultades al tomar decisiones, reacciones violentas o muy radicales…
En la actualidad mucha gente sufre insomnio y ansiedad debido a la situación económica que estamos viviendo. A pesar de que el ser humano está cada vez más preparado para resistir las adversidades, muchas personas tienen problemas para “lidiar con la incertidumbre”. Esta falta de certeza afecta tanto porque “venimos al mundo pensando que tenemos derecho a una vida larga y completa y damos por sentado que el sentido del futuro forma parte de la definición de lo que somos”.
http://www.crecimiento-y-
http://www.consumer.es/web/es/
Por ejemplo, hay una investigación que explica las reacciones que sufren los padres al tener un hijo discapacitado. Los padres sienten inseguridad respecto a la discapacidad del hijo. Pasan por las siguientes etapas:
-Negación: Conservan la esperanza de que pueda haber un error en el diagnóstico.
-Agresión: Los padres pueden agredirse mutuamente, o alguno de ellos puede culpar al otro por la problemática del niño. Es posible que también rechacen al hijo con alguna carga agresiva hacia este. Generalmente, el enojo es desplazado hacia el médico.
-Negociación: Aun no se acepta completamente el problema del niño, pero los padres se muestran abiertos al diálogo y a la negociación con el médico y con el niño.
-Depresión: Cuando los padres reflexionan la situación del niño dentro del contexto familiar y social, aparecen conductas de agotamiento físico y mental, falta de apetito, apatía, aumento en las horas de sueño…
-Aceptación: Puede ser parcial o total y puede durar mucho tiempo o, si se presentan épocas de crisis, alguna de las fases anteriores puede volver a aparecer.
Para ver esta investigación completa:
http://www.ttm-espana.com/
http://www.youtube.com/watch?
No obstante no todos reaccionamos igual ante los cambios y la incertidumbre. Ésta depende de nuestra forma de pensar y de las experiencias previas.
Además existen situaciones que podemos controlar y por lo tanto modificar. Pero en cambio, existen otras en donde no podemos hacer absolutamente nada para cambiar la situación, y lo que tenemos que hacer es cambiar nuestra actitud y manera de pensar y sentir respecto a dicha situación. Como sucede en el ejemplo anterior en el que los padres no pueden hacer nada para cambiar lo que le pasa a su hijo, sino que son ellos los que tienen que cambiar respecto a su forma de pensar sobre la enfermedad del niño.
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