jueves, 26 de abril de 2012


CAMBIO CLIMÁTICO EN ARAGÓN

       En la consejería de Medio Ambiente se ha presentado el Atlas Climático de Aragón, un informe científico que ha sacado a la luz la evolución de las temperaturas y las precipitaciones en los últimos 50 años, muestran las tendencias del clima en el intervalo de tiempo 1950-2002. Se ha considerado que la situación no es alarmante pero sí “preocupante”.
       La subida de los termómetros se calcula entre 0,05 y 0,25 grados más por cada década, lo que en el 2007 supone un ascenso de entre 0,5 y 1 grado. Y la disminución en las lluvias, de entre 60 y 75 litros por metro cuadrado en el último medio siglo, por lo que es entre 12 y 15 litros por metro cuadrado cada década. Sin embargo, en zonas especialmente áridas como en la región de Zaragoza la reducción ha sido del 20%.
       Para saber la evolución hacia el futuro de forma directa habrá que desarrollar herramientas de modelización climática que, a partir de ahora, realizará tanto la Universidad de Zaragoza como el equipo de 20 investigadores de diferentes instituciones.
       En resumen, el 91% del territorio aragonés pierde más agua de la que recibe, debido a la evaporación del agua, ya que suben las temperaturas mínimas y máximas y no llueve.
       El presidente de la Asociación Española del Clima, José María Cuadrat, señaló que “el clima es cambiante y dinámico, y somos conscientes de que se está incrementando la variabilidad. Pero Aragón puede asumir los cambios previsibles sin problemas, quiero lanzar un mensaje de optimismo. Además, el que las temperaturas aumenten puede ser positivo para determinadas zonas. Pero que suban, por ejemplo, en el Pirineo, será malo.”
Toda esta tendencia del clima servirá para diseñar las estrategias políticas futuras no solo sobre la gestión y usos del agua, sino sobre todo lo referido a los efectos del cambio climático. De hecho, en la actualidad se está ultimando el primer borrador de la Estrategia Aragonesa contra el cambio climático.
La diversidad geográfica del territorio aragonés explica también los caracteres esenciales del clima de Aragón. En primer lugar la aridez, claramente reflejada en las tierras del eje del Ebro. En segundo lugar, la irregularidad de las lluvias, de manera que a años muy secos pueden suceder otros lluviosos. En tercer lugar, los contrastes térmicos extremos que se establecen entre un invierno frío y severo y un verano cálido y prolongado. Y por último, el viento, en particular la intensidad y frecuencia del cierzo.
 También se hace referencia al clima urbano y las características islas de calor de las tres capitales.
Vistos los resultados, es obvio que no es en absoluto solo preocupante. Es una apariencia que nos engaña como podemos demostrar con lo que les pasa a las ranas. Cuando quieres hervirla, el truco es meterla en agua fría. Si se calienta poco a poco no se dará cuenta. Nos sucede exactamente lo mismo: como el cambio sucede gradualmente parece que no nos daremos plena cuenta hasta que sea demasiado tarde.
En cuanto a lo que sucede con las ciudades, es muy revelador. Los hechos dicen que los humanos somos causantes directos del incremento de las temperaturas. Se ve claramente por la concentración de personas, de industrias, de vehículos… Solo hay que observar las atmósferas tan contaminadas como la de Pekín, o el terrible calor veraniego de las grandes urbes.



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