Si
necesitas una lámpara en el exterior de tu casa (en la entrada, por ejemplo) o
indicando un camino por donde deben pasar los coches, puedes utilizar lámparas
con celdas solares, que retienen los rayos solares y, en la noche se encienden
solas utilizando esa luz que han acumulado a lo largo del día. Por esa razón
son también muy cómodas porque no tienes que preocuparte de encenderlas. Hay de
varios diseños y funcionan igual que las lámparas normales.
En este
caso, puede que no sea estrictamente necesario por lo que si puedes
ahorrártelas mejor, pero por ejemplo en un pueblo si que es casi obligatorio
que ha determinadas horas haya un mínimo de luz por lo menos en las calles más
principales. El alumbrado público se debe activar cuando el nivel promedio
de iluminancia de luz natural sea insuficiente.
No obstante, la iluminación en los
pueblos, ciudades y aldeas puede ser muy perjudicial para el cielo nocturno
dependiendo de la disposición de la luz de las farolas. Una mala
dirección y una potencia excesiva de las farolas perjudica gravemente la
calidad del cielo nocturno, haciendo que sea muy difícil distinguir las
estrellas y zonas del cielo tan bonitas como la Vía Láctea. El impacto que se
produce sobre el ecosistema es importante, causando migraciones de animales y
alteraciones en las horas que se usan de sueño.Esto no quiere decir que se deba quitar iluminación, sino todo lo contrario, con una mejor disposición de las luminarias se consigue que la iluminación sea más efectiva con menos puntos de luz porque no se derrocha parte de ella en iluminar el cielo, donde no hace falta, y que es lo que perjudica gravemente el medio ambiente nocturno.
Actualmente se ha aprobado una ley para proteger el cielo en las zonas cercanas a observatorios astronómicos.
En las siguientes fotografías se muestra cómo fácilmente se puede ayudar a combatir la contaminación lumínica; iluminar las calles de manera que se usen bombillas más eficientes de bajo consumo y baja contaminación lumínica así como dirigir el haz de luz para iluminar el suelo y no el cielo que es lo que resulta perjudicial.
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